El español Iván Sáinz-Pardo ha dirigido un buen puñado de cortometrajes sin todavía haber rodado un largo. Este que aquí reseño es una coproducción con Alemania, rodado en alemán en blanco y negro pero en el que suenan dos canciones españolas de Amaral y Antonio Vega.
Es una bonita historia sobre el amor y la timidez con un desarrollo bello visualmente pero que a mí se me hace algo manido por llegar a ese territorio del amor idealizado y no consumado, entre una chica enamorada y el dependiente de una librería.
Pongo el enlace de youtube para quién lea esto y quiera verlo.
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