Antes de empezar a hablar del omnipresente protagonista de esta cinta, quiero mencionar que es la cuarta película dirigida por, el más conocido en su faceta como actor, Ben Stiller. Rodada después de Reality Bites (Bocados de realidad, 1994) y antes de Zoolander (2001) y Tropic Thunder (Tropic Thunder: ¡Una guerra muy perra, 2008).
Ahora ya toca seguir la reseña diciendo que es una película en la que Jim Carrey da rienda suelta a su gestualidad sin límites. Como bien dice el título original, Carrey es "el tipo del cable", un instalador de televisión por cable que resulta estar más que desquiciado en su acoso a un cliente (Matthew Broderick) que acaba de mudarse a vivir en solitario, después de dejar la relación con su novia (Leslie Mann).
En una irregular mezcla de comedia alocada y suspense, la historia pierde todo el valor de algunas escenas divertidas, en la sobreactuación de Jim Carrey, que despliega todo su abanico de gestos, que a mí me hacen alejarme del todo de un guión que tampoco es para tomárselo muy en serio.
La acabo viendo más por quitármela de encima que por otra cosa y de paso menciono que por allí aparecen de secundarios: Jack Black como amigo del bueno de la trama y Owen Wilson como ligue ocasional de la chica. El resultado final es un empacho del cómico Carrey hasta más de lo recomendable para mi salud.
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