8 de marzo de 2011

JUST IMAGINE (Una fantasía del porvenir, 1930) - David Butler




La productora Fox estrenó este musical de ciencia ficción en la que estamos en un futurista Nueva York de 1980, dónde la gente que se identifica con una combinación de letras y números,  circula en aviones, come sus alimentos en píldoras, usa videollamadas y los matrimonios (que deben ser autorizados por el Gobierno) piden los niños a una máquina.

Un absoluto delirio en el que el tonto argumento hace que pierda el fuelle toda la parte visual con impresionantes maquetas y efectos especiales. Se trata de una comedia musical con un cómico El Brendel, que muestra sus supuestas gracias, entre la pareja de enamorados que se cantan cursis canciones al oído. Por lo menos esa parte musical tiene divertidas coreografías. La parte más delirante viene cuando los héroes viajan a Marte y allí descubren que sus habitantes tienen un gemelo, siendo cada una de ellos bueno o malo. Así que sin escafandras ni problemas con la gravedad, consiguen aterrizar y luego escapar del planeta para llegar a tiempo a la Tierra y que la parejita protagonista se case entre más situaciones y chistes tontos. 

Fue un gran fracaso comercial pero mantiene su interés kitsch y el dato histórico de ser una de las primeras películas sonora de ciencia ficción. Sus decorados se reutilizaron en posteriores producciones fantásticas más serias. El director también fue el encargado de la fantasía de A Connecticut Yankee (Un yanki en la corte del rey Arturo, 1931), y la protagonista es Maureen O'Sullivan, a punto de ser Jane en la saga de Tarzan.

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