Después del éxito del director Manuel Gómez Pereira con Todos los hombres sois iguales, su siguiente estreno fue otra comedia con la particularidad de que el protagonismo caía en manos de Javier Bardem, que para nada se había prodigado en papeles de humor. Tan sorpresivo fue su aparición en este rol de comedia que ganó el Goya a la mejor interpretación de ese año.
Vista ahora me parece de lo poco reseñable, ver a Bardem en un rol cómico divertido y que resuelve con soltura. También Aitana Sánchez Gijón consigue un personaje muy sofisticado y sexy; pero el resto de la peĺícula me resulta irregular sobre todo en un guión que no me creo mucho ni tampoco me interesa, salvo las risas que me sacan las escenas en la oficina de la línea caliente.
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