Dentro de la magnífica filmografía de Woody Allen, esta película ocupa un lugar muy especial por tratar un tema que me gusta especialmente cómo aficionado al cine. El que un personaje de ficción salga de una película, se vaya con una espectadora e impida que continúe la proyección por su ausencia, además de reivindicar su libertad fuera de la trama de la película, es todo un acierto temático que está muy bien llevado por su director y que me parece una obra magistral.
Mia Farrow está estupenda en uno de sus mejores papeles y el relato es brillante de principio a fin. La protagonista se evade en las salas oscuras. de su gris vida diaria durante los años de la depresión americana, pero su mundo cambiará cuando el personaje de una de las películas que ve varias veces seguidas, salta de la pantalla a la realidad para declararle su amor. Un homenaje al cine clásico, un tributo al poder del cine en el espectador y toda una gran película del maestro Allen.
Mia Farrow está estupenda en uno de sus mejores papeles y el relato es brillante de principio a fin. La protagonista se evade en las salas oscuras. de su gris vida diaria durante los años de la depresión americana, pero su mundo cambiará cuando el personaje de una de las películas que ve varias veces seguidas, salta de la pantalla a la realidad para declararle su amor. Un homenaje al cine clásico, un tributo al poder del cine en el espectador y toda una gran película del maestro Allen.
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