Película israelí, opera prima de su director, que relata la llegada de la banda de música de la policía de Alejandría a una localidad de Israel para actuar en la inauguración de un centro cultural árabe. Por una confusión no van a la ciudad dónde se inaugura este centro y acaban en una localidad distinta dónde tienen que pasar una noche alojados en varias casas ya que hasta el día siguiente no sale el autobús.
Con un ritmo pausado y contemplativo, el film trata del acercamiento entre individuos con individuos, sin que importen las diferencias políticas o religiosas que dividen a las sociedades. La historia está salpicada de humor y ternura. Destacan los personajes del director de la banda que lleva sobre sí una carga de un pasado familiar angustioso, el segundo músico que está creando una pieza propia, el trompetista joven que tiene facilidad para seducir a las mujeres y la dueña del bar que acoje a los músicos y tiene una relación personal y sincera con ellos. El resto de personajes también muestran las alegrías y tristezas de su vida en un tono que desprende mucha humanidad y que, cómo pasa muchas veces con el cine que escapa de los corsés de la comercialidad y que suele venir de cinematografías alejadas de la mirada hollywodense. En este caso es una película israelita, creo que la primera que veo de ese país.
0 comentarios :
Publicar un comentario