Documental sobre la comarca extremeña de las Hurdes que realiza Luis Buñuel basándose en un estudio de Maurice Legendre y que es su última película como director, hasta que quince años después, volverá a dirigir en Mexico.
Rodado originalmente mudo, se sonorizó en Francia en 1936 con una voz en off de narrador de Abel Jacquin y no fue hasta 1996, cuando la Filmoteca Española la resonorizó con la voz de Paco Rabal.
Aunque en principio se toma como un alejamiento del cineasta del surrealismo de sus dos primeras películas, sigue manteniendo el espíritu de este movimiento. Buñuel indica en sus memorias "que el verdadero objetivo del
surrealismo no era el de crear un movimiento literario, plástico, ni
siquiera filosófico nuevo, sino el de hacer estallar la sociedad,
cambiar la vida", algo que se consigue al "luchar contra la sociedad que detestaban" y, por supuesto, Las Hurdes, lo consigue denunciando la situación de desamparo de los habitantes de esta parte de España.
También está presente la estética surrealista que caracteriza a Buñuel con escenas como el burro cubierto de abejas, el niño fallecido transportado por el río o la aparición de los enanos. No obstante, el documental manipula claramente la realidad, como cuando vemos a la cabra despeñarse por la montaña (se sabe que fue abatida de un disparo) aunque consigue su objetivo y el tremendismo de las imágenes cumplen su función de denuncia.
Ese tremendismo es parte de su importancia histórica, al mostrar (con matices que la exageran) la situación en que viven los habitantes de Las Hurdes y además, con el mensaje de que se puede mejorar sus condiciones con el sistema político de la República afín a su ideología.
El director, juega con el material que tiene entre manos, utiliza sus recursos narrativos, no escatima escenas violentas o desagradables (niños mojando el pan en el agua sucia, escolares con los pies desnudos, enfermos, festividad en la que los hombres recién casados arrancan una cabeza a un gallo, etc) y consigue una de las propuestas del surrealismo: denunciar utilizando el escándalo como arma. Sus valores como película cinematográfica y documental sociológico no han perdido vigencia.
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