Después de ver el estreno de los hermanos Coen, me entró la lógica curiosidad por ver el film anterior del año 1969 y aunque me lo habían prestado hace meses en una copia doblada, no me puse a ello hasta que no lo conseguí con las voces originales al comprar el DVD que recientemente se ha comercializado. Así que doy las gracias a quién me lo consiguió, pero no fui capaz de visionar la peli doblada. Soy un poco rarito para eso.
La novela de Charles Portis, que también se ha reeditado ahora en España, es el punto de partida de este western que aquí es interpretado por John Wayne, Kim Darby y Glen Campbell, en sus papeles principales. Y aunque es curioso comprobar las diferencias con el film de los Coen, prefiero simplemente decir que éste último me gusta más, pero la película de Henry Hathaway ya tenía muchas de las virtudes de la historia.
John Wayne se mete en la piel del cazarecompensas al que la niña contrata para buscar al asesino de su padre. Ambos forman una pareja peculiar que se condimenta también de maravilla con el tercer personaje que les acompaña en su aventura. No es de extrañar que el nivel interpretativo aumente cuando también aparecen Robert Duvall o Dennis Hooper, y todo acabe teniéndo lo necesario para que la película no pasara desapercibida, aunque al haberla visto después del remake actual, el misterio de la trama ha perdido enteros a mis ojos.
No importa para comprobar que mantiene sus cualidades, que es un western sobrio y original, que no me emociona pero sí me entretiene y que a veces, los remakes (o revisitaciones porque los Coen no hablan de remake) sí que valen la pena.
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