El director David Fincher y el guionista Aaron Zorkin, adaptan el libro The Accidental Billionaries (Multimillonarios por accidente) de Ben Mezrich, para esta película que cuenta la historia de Mark Zuckerberg, el creador de Facebook.
Hace unos tres años y medio, escribí una breve reseña sobre Facebook, y desde entonces se ha convertido en, según dice la wikipedia, un lugar dónde los usuarios pueden participar en una o más redes sociales, en relación con su situación académica, su lugar de trabajo o región geográfica. Con más de 500 millones de miembros, su potencial inicial radica en que se puede mantener una red de amigos y/o personas con intereses comunes. Las aplicaciones, la creación de grupos, compartir fotos e información personal, buscar a amigos o conocidos a los que se perdió la pista, jugar a juegos en línea, .... ;cada vez son más los servicios que ofrece. Por contra, son muchas las críticas que recibe por dudas sobre la privacidad entre otros motivos.
La red social no incide en las características técnicas de Facebook, más bien cuenta el ascenso de su creador y todo el conjunto de relaciones que le han llevado a ser el multimillonario más joven del planeta. Así cuenta la historia desde los inicios, desde el germen de la idea de Mark Zuckerberg en la universidad de Harvard, para alternarlo con el pleito con el que se tiene que enfrentar con sus socios y competidores.
El guión consigue que no me resulte aburrida pero es posible que un espectador no interesado en Internet, se pierda en una trama en la que los aspectos técnicos tampoco están muy presentes pero son relativamente importantes. Hay programadores y frikis de los ordenadores, pero no se centra en la terminología técnica salvo en contadas ocasiones. Lo que importa es la historia de un chico que después de un desengaño amoroso, inventa un lugar en el que uno puede crear una red de personas a los que puede llamar amigos. Una historia sobre relaciones virtuales, pero que lo que cuenta es el ascenso y la lucha por un negocio que resulta ser todo un éxito.
David Fincher no muestra su habitual virtuosismo con la cámara, desarrolla la historia, muestra a los personajes y resuelve con brillantez una película que dónde más gana es en el retrato de sus personajes. Jesse Eisnberg como Mark Zuckerberg, y Justin Timberlake como Sean Parker, el creador de Napster, son la guinda que da credibilidad a un relato del siglo XXI.
El film queda como reflejo de una parte del puzzle de esta sociedad actual, en la que Internet es una pieza importante, y en la que, por ejemplo, una reseña sobre una película no hay que leerla en una revista de cine escrita por un crítico cinematográfico, sino que hasta se puede leer en un blog como éste, escrito por un simple aficionado como yo. La red se mueve y el cine no es ajeno a este movimiento de blogs, redes sociales, foros y todo un entramado de formas de comunicarse en las que muchos andamos sumergidos. Reticencias personales aparte, a veces no resulta tan fácil estar ajeno a redes sociales como Facebook.
2 comentarios :
La redes sociales son como la TV. Bien empleadas pueden resultar tremendamente útiles. Pero la mayoría de los usuarios las emplea para perder el tiempo -lo cual, por otra parte, es respetable, allá cada cual con su tiempo-. Lo que quiero decir es que cuando se las critica per se, se comete un error, lo que deberían criticar es el "mal" uso que se hace de ellas.
Como la televisión, como los juegos de rol, como los videojuegos, como el messenger, como muchas cosas....se critica por el mal uso y a veces por el desconocimiento.
La red social no entra en estos aspectos, más bien se limita a contar el ascenso popular y económico de su creador y la lucha de poder contra sus socios por la propiedad del producto.
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