El gran Buster Keaton comenzó su carrera cinematográfica con los cortometrajes de Roscoe "Fatty" Arbuckle, uno de los cómicos que surgieron de la productora Keystone de Mack Sennett. Entre otros, en la Keystone comenzaron: Fatty, Chaplin, Ben Turpin o Harold Lloyd; pero como decía de allí no salíó Keaton que se incorporó más tarde al cine.
De entre los 14 cortometrajes que Buster Keaton interpretó en la productora de Fatty, éste me parece el mejor de todos y sirve de ejemplo de estas películas dirigidas por Fatty e interpretadas por él mismo y por el resto de su reparto habitual: Al St. John (sobrino de Fatty), Alice Lake o Joe Keaton (padre de Buster). Cortometrajes slapstick, con acrobacias, caídas, persecuciones y gags físicos de todo tipo; así como recursos propios del espectáculo teatral o circense cómo que los actores miren a la cámara (buscando la complicidad del público) o el escenario sea único cambiando de localizacion pero no del plano horizontal.
En esta ocasión, Fatty y Buster son dos botones que trabajan en un hotel al mando de Al St. John. Los gags son espléndidos desde la presentación de Fatty mirando a la cámara y sacando un cigarro de dentro de su boca, al de Buster que limpia una cabina de teléfonos sin cristal al más puro estilo de un mimo. Un ascensor tirado por un caballo da mucho juego así como cuando Joe Keaton se pone a manos del peluquero Fatty y éste le convierte con varios peinados en personajes cómo Lincoln o un general alemán.
El cortometraje no alcanza la genialidad a la que llegará Keaton cuando se independice de Fatty, pero sirve de claro ejemplo de lo que ofrecían en estas divertidas películas mudas de principios del cine.
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