Volví a ver esta película de Woody Allen, un director del que he visto casi toda su extensa filmografía. Al comprobar que ya hace 16 años que se estrenó, me he quedado impresionado, porque tenía una idea errónea de que no hacía tanto que la vi en el cine. Creo que la única explicación posible es que es uno de esos directores a los que me he habituado a ver sus películas desde hace muchos años y a revisionarlas luego en casa. Son películas habituales en mi estantería.
Misterioso asesinato en Manhattan supuso el retorno de Diane Keaton en una película de Woody Allen. Desde Radio Days (1987, seis años antes), no había trabajado en una película del director; pero desde Manhattan (1979, catorce años antes), no actuaban juntos. Así que el primer aliciente del film es volver a ver en la pantalla a Woody Allen junto con Diane Keaton, recordando que con Annie Hall (1977), el director consiguió el primer gran reconocimiento de la crítica y los oscars a la mejor película, mejor director, mejor guión y mejor actriz.
La historia es divertida. Una pareja neoyorquina hace una visita de cortesía a unos vecinos ya mayores y jubilados. Al día siguiente, la vecina muere y a partir de ahí creen que algo raro ha ocurrido entre ellos, sobre todo por la actitud del vecino, razón por la que empiezan a pensar que puede haber sido un asesinato.
Cómo habitualmente pasa en las películas de este director, los diálogos son la base del filme, diálogos chispeantes con el personaje que interpreta Woody Allen haciéndo el papel de neurótico urbano tantas veces visto en su cine. La película es lo que ofrece, y lo que como espectador agradezco: una buena y divertida historia que transcurre a rítmo de jazz en las calles de Manhattan. Las risas ya las doy por garantizadas.
Misterioso asesinato en Manhattan supuso el retorno de Diane Keaton en una película de Woody Allen. Desde Radio Days (1987, seis años antes), no había trabajado en una película del director; pero desde Manhattan (1979, catorce años antes), no actuaban juntos. Así que el primer aliciente del film es volver a ver en la pantalla a Woody Allen junto con Diane Keaton, recordando que con Annie Hall (1977), el director consiguió el primer gran reconocimiento de la crítica y los oscars a la mejor película, mejor director, mejor guión y mejor actriz.
La historia es divertida. Una pareja neoyorquina hace una visita de cortesía a unos vecinos ya mayores y jubilados. Al día siguiente, la vecina muere y a partir de ahí creen que algo raro ha ocurrido entre ellos, sobre todo por la actitud del vecino, razón por la que empiezan a pensar que puede haber sido un asesinato.
Cómo habitualmente pasa en las películas de este director, los diálogos son la base del filme, diálogos chispeantes con el personaje que interpreta Woody Allen haciéndo el papel de neurótico urbano tantas veces visto en su cine. La película es lo que ofrece, y lo que como espectador agradezco: una buena y divertida historia que transcurre a rítmo de jazz en las calles de Manhattan. Las risas ya las doy por garantizadas.
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