Marilyn Monroe era una estrella totalmente consolidada después de éxitos como Niagara (1953), Gentlemen Prefer Blondes (Los caballeros las prefieren rubias, 1953), How to Marry a Millionaire (Como casarse con un millonario, 1953), The Seven Year Itch (La tentación vive arriba, 1955) o Bus Stop (1956); cuando Laurence Olivier la contrató para interpretar un papel que en el teatro había interpretado su mujer Vivien Leigh.
El magnetismo de Marilyn queda más que resaltado en la pantalla en un personaje que le viene como anillo al dedo. Una corista al que un príncipe invita a cenar a su casa con la clara intención de acostarse con ella. Laurence Olivier es ese príncipe y juntos forman una pareja desigual tanto fuera como dentro de la película.
Ella está estupenda, graciosa, seductora, ingenua, maravillosa,...mientras el actor inglés hace un papel algo repelente pero contrapunto ideal para que la trama se disfrute con una sonrisa en los labios de principio a fin.
Después de verla hay que revisar Mi semana con Marilyn, donde se cuentan muchas cosas del rodaje y que amplía la información para el cinéfilo.
0 comentarios :
Publicar un comentario