Por casualidad encuentro y disfruto esta película británica del director Roy Ward Baker, al que conozco de sus pelis terroríficas para la Hammer.
Conflictos racistas en el mundo laboral y también en el familiar, cuando un sindicalista que defiende la integración de los negros en su empresa, recibe la noticia de que su hija quiere casarse con su novio de esta raza.
Me ha gustado, la he seguido sin perder interés en ningún momento y encantado con su descubrimiento. Es una película pequeñita, modesta pero con ambiciones temáticas. En su momento debió ser polémico su estreno.
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