Extraña película para ser de Eloy de la Iglesia ya que está contado
desde un punto de vista cómico que le hace perder dramatismo.
Interesante el personaje de Antonio Ferrandis en una producción
oportunista por ese miedo de las familias de clase media a la
delincuencia cotidiana en un país que acaba de salir de la dictadura.
José Sacristán está regular y me sobra toda la parte de sus
ensoñaciones.
15 de febrero de 2018
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