Los problemas de salud de Bernardo Bertolucci, le han tenido alejado de la dirección desde Soñadores (2003) y con este nuevo film, ha vuelto a muchas de las constantes de su cine.
Queda bien claro que se trata de una película pequeña en producción pero bastante respetable en resultados ya que consigue con dos personajes principales y un único escenario en la mayor parte del metraje, una bonita historia del crecimiento personal de un adolescente que se esconde en el trastero de su casa, durante la excursión escolar a la nieve de sus compañeros de clase.
No se necesita un gran argumento para demostrar que Bertolucci mantiene su pulso narrativo y me impresiona que una persona enferma siga queriendo contar historias con personajes jóvenes que buscan su lugar en el mundo. Fascinante que con tan poco pueda ofrecer esta buena película y una gozada escenas como la que se produce mientras suena la curiosa versión italiana del clásico de David Bowie, Space Oddity.
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