Isabel Coixet ya llevaba varios largometrajes cuando dirigió "Mi vida sin mí", película que continúa las constantes de su cine: intimismo, amor y rodaje en inglés con actores en su mayoría foráneos.
Aquí cuenta la historia de una joven mujer que al enterarse de que va a morir de una enfermedad, decide dejar arreglada la vida a su marido e hijas, además de cumplir algún deseo todavía no satisfecho.
Con la arrebatadora presencia de Sarah Polley y los magníficos papeles secundarios de Mark Ruffalo (este actor siempre me gusta) y Leonor Watling, la película me sorprendió en su estreno por esa mezcla de belleza que reúne tanto las imágenes como lo que estas cuentan.
Revisionada un par de veces más, sigue pareciéndome una gran película que cada vez que la veo, me continúa enganchando y que ninguna otra de las obras de la directora catalana, ha conseguido en mi opinión superar.
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