David Trueba entrega un relato en el que encierra en un baño al maduro periodista interpretado por José Sacristán y a la aluma a la que le pone rostro María Valverde. Diálogos, monólogos y una puesta en escena sobria, teatral y a la vez con aciertos visuales. En principio me sonó a falso desde las primeras líneas de José Sacristán pero luego me dejé llevar y agradecí la desnudez formal, física y mental de la película y de sus personajes. Puede que todo quede como un ejercicio de estilo pero a mí me ha parecido que el director ha salido airoso y ha contado lo que le interesaba llevar a la pantalla a pesar del riesgo y de la previsible poca aceptación de los espectadores ante un producto de este tipo.
4 de junio de 2012
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