Opera prima detrás de la cámara, del actor Josh Radnor, que además protagoniza esta historia sobre un escritor que se hace cargo de un niño que se pierde en el metro. Todo ello rodeado de romances de parejas que se conocen, que se gustan, que llevan tiempo viviendo juntas o que se empiezan a formar.
Este tipo de películas independientes norteamericanas suelen ser de mi agrado, si como en este caso, usan una narrativa moderna para relatar situaciones de toda la vida: amor, parejas, sexo, amistad; y encima lo hace escapándose de sentimentalismo, pasteleo y comercialidad.
Para ello hay que contar con un buen plantel de actores, una historia bonita y personajes interesantes. La película tiene todo eso, la veo con agrado, disfruto y me lo paso bien. Es una historia pequeñita que se me queda en la cabeza y que recomiendo a quién me lea.
2 comentarios :
También suelen ser de mi agrado este tipo de películas, pero en este caso ha habido unos cuantos detalles que, para mí, chirrían. ¿Por qué alarga la historia con el niño? ¿Qué pasa con la pareja que él quiere irse y ella quedarse?
Claro que también es importante tener en cuenta que es una ópera prima, lo cual da pie a pensar en las posibilidades futuras.
Escenas que sí me gustaron: el niño dibujando y él intentando inspirarse ante el portátil. Las fotos sobre la mesa de trabajo…
Me quedo en u punto medio, aunque reconozco que lo que no me gusta, no me gusta nada.
Niquiños
A mí no me chirrío la película, al contrario, me lo pasé bien y me entretuvo aunque sin pasar de ese punto medio.
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