Kevin Spacey pone rostro a un psicólogo que ha escrito un bestseller sobre la felicidad, y que vive en Los Angeles. Entre sus pacientes se encuentran personajes variopintos, desde actores famosos a adolescentes con problemas escolares. Este doctor, que escucha las historias de sus pacientes y les ayuda a encauzar sus vidas, tiene una existencia algo caótica por el peso de la dramática muerte de su esposa que intenta superar con una adicción cada vez más creciente a la marihuana.
Una historia sobre vidas caóticas y sin ningún equilibrio emocional, que se entremezclan con el punto común del psicólogo y el marco mítico de Hollywood. El cine está presente y es parte fundamental de la trama. Distintos personajes van apareciendo en los diferentes niveles argumentales de la película: el ejecutivo que selecciona guiones pero no tiene ningún interés por las películas, la actriz que utiliza su físico para labrarse una carrera, el prestigioso actor con problemas de alcohol y sexo; la adolescente que va a ver películas y guarda las entradas que pega en el techo de su habitación, la estrella que ya no es tan joven para seguir interpretando determinados papeles, o el guionista con talento que no consigue hilvanar ni siquiera la frase inicial de su guión en el ordenador.
Me ha interesado la manera de ir desarrollándose las distintas tramas aunque para mi gusto demasiadas casualidades unen los hilos en una historia común. Si hay algo que destaca de esta película, todavía no estrenada en España, es la interpretación de Kevin Spacey, que consigue un personaje inolvidable y que asombra por ese físico malgastado por el dolor acumulado, los porros fumados uno tras otro, y muchas noches sin dormir. Me parece tan brillante como el que hizo en American Beauty y tal vez su mejor papel desde entonces.
Una historia sobre vidas caóticas y sin ningún equilibrio emocional, que se entremezclan con el punto común del psicólogo y el marco mítico de Hollywood. El cine está presente y es parte fundamental de la trama. Distintos personajes van apareciendo en los diferentes niveles argumentales de la película: el ejecutivo que selecciona guiones pero no tiene ningún interés por las películas, la actriz que utiliza su físico para labrarse una carrera, el prestigioso actor con problemas de alcohol y sexo; la adolescente que va a ver películas y guarda las entradas que pega en el techo de su habitación, la estrella que ya no es tan joven para seguir interpretando determinados papeles, o el guionista con talento que no consigue hilvanar ni siquiera la frase inicial de su guión en el ordenador.
Me ha interesado la manera de ir desarrollándose las distintas tramas aunque para mi gusto demasiadas casualidades unen los hilos en una historia común. Si hay algo que destaca de esta película, todavía no estrenada en España, es la interpretación de Kevin Spacey, que consigue un personaje inolvidable y que asombra por ese físico malgastado por el dolor acumulado, los porros fumados uno tras otro, y muchas noches sin dormir. Me parece tan brillante como el que hizo en American Beauty y tal vez su mejor papel desde entonces.
1 comentarios :
Parece interesante. Tomo nota.
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