El director Jose Luis Garci comenzó su filmografía con dos largometrajes que tuvieron bastante éxito: Asignatura pendiente(1977) y Solos en la madrugada (1978). Retratos generacionales de una clase media que estaba falto de ellos en los primeros años de la transición.
Su tercera película fue Las verdes praderas (1979) y aquí refleja el desencanto de un hombre que ha conseguido con su trabajo comprarse un chalet en la sierra madrileña dónde pasa los fines de semana con su familia. En tono de comedia, con el estilo habitual de Garci (nostalgia, mucho dialogo, doblaje de las voces de los actores en el estudio) la película me parece de lo mejor de toda su filmografía.
Alfredo Landa compone un personaje entrañable, un trabajador que vive agobiado por las obligaciones de ese chalet, símbolo de su ascenso social pero también del desencanto de sus sueños cumplidos que ahora ya no le parecen tan idílicos. El resto de actores están perfectos: María Casanova, Carlos Larrañaga, Irene Gutierrez Caba,... y son parte muy importante de un film con un guión pulido en todos sus detalles.
Me gusta más este cine de José Luis Garci que al que luego le ha llevado el resto de su carrera. Un cine que tiene los rasgos característicos de su director pero que, por lo menos, cuando se estrenó y aunque siempre tuvo un elemento nostálgico, era un cine actual. Esta línea que seguramente su director abandonó por no encontrarse cómodo entre las historias contemporáneas y pasó a rodar historias ambientadas en el pasado, al igual que si el reloj se hubiera quedado parado en un tiempo y en un cine anclado en una España anterior a la democracia y parece ser que cinematográficamente añorada por Garci.
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