Antes de esta película, del director coreano Ki-duk Kim, solamente había visto Seom (La isla, 2000), película que no me gustó nada. Hierro 3, sí que me ha parecido una película que justifique el prestigio crítico de este director.
Se trata de un film en el que el protagonista es un joven que se introduce en casas en las que sus dueños están ausentes. En ellas no roba nada, si no que hace una vida normal, ve la televisión, come, se fotografía o hace la colada. Cuando encuentra a una mujer que es maltratada por su esposo, ambos continúan con su singular periplo de casa en casa deshabitada.Ninguno de los dos componentes de esta extraña pareja dicen una sola palabra y su relación así como la trama de la historia me interesó escena a escena. A partir, de que el chico es encarcelado y se plantea conseguir la habilidad de que nadie le pueda ver, a mis ojos perdió credibilidad, pero ganó magia.
Toda su parte final, necesita que el espectador se crea el inesperado poder del chico para no ser visto por otras personas, aunque cinematográficamente no se eche mano de trucos visuales si no solamente de la credibilidad del espectador.
La idea que consiste en que el personaje se convierta en una especie de fantasma que pueda llenar el hueco que la mujer casada y maltratada, tiene en su vida cotidiana, me parece genial, y aunque su resolución formal no me convenza del todo, la magia, la sensibilidad, el estilo y algunas de las escenas, me han hecho que esté pendiente de ver más películas de este director.
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