Argumento: Un grupo de delincuentes de poca monta cumplen sus condenas con trabajos en beneficio de la comunidad. Cuando son invitados por el educador que les ha tocado en esos trabajos sociales a visitar una destilería, descubren el mundo de la cata de whisky.
Director: El veterano Ken Loach sigue en activo sin perder su interés por rodar historias con personajes de baja capa social.
Actores: Los intérpretes no me son conocidos pero valoro su trabajo tras la cámara y, en especial, al del actor sobre el que cae el papel principal: Paul Brannigan como Robbie. 
Datos: Premio del jurado en el Festival de Cannes para esta nueva película de Loach que rueda con Paul Laverty, su guionista habitual.
Crítica: Decir Ken Loach es hablar de un cineasta británico con una obra centrada en la crítica social. Esta vez el tono se acerca más a la comedia que en otras películas y sin cargar las tintas dramáticas, consigue una historia entretenida y en algunas escenas, muy divertida.
Robbie ha sido condenado a realizar trabajos sociales, su pareja está embarazada pero, a pesar de sus buenas intenciones de redención, no consigue escapar de su pasado y entorno delictivo. Gracias al educador social descubre su buen olfato para las catas de whisky y, a partir de ese descubrimiento, sus perspectivas laborales cambian, aunque no será hasta que planee un golpe importante, cuando el futuro parezca más optimista que hasta ahora.
Un argumento que pasa del dramatismo de una situación personal desesperada, a la comicidad del grupo de compañeros que están con Robbie y llega hasta un inesperado robo tal y como si fuera una película de atracos.
Por el camino, Ken Loach, consigue su acostumbrada crítica social pero también el despliegue de su buen hacer para contar una historia entretenida y muy recomendable.
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