Los hermanos Farrelly fueron un referente en el cine cómico norteamericano en su vertiente más gamberra. Suyas son Dumb & Dumber (Dos tontos muy tontos, 1994), There's something about Mary (Algo pasa con Mary, 1998), Me, Myself and Irene (Yo, yo mismo e Irene, 2000), Shallow Hal (Amor ciego, 2001) o Stuck on you (Pegado a ti, 2003). Películas que luego dieron paso a una generación de comediantes encabezados por Judd Apatow y Todd Phillips.
Con Hall Pass, vuelven a hacer un cine que bebe de sus propias referencias, solamente que ahora hay menos trazo grueso y los personajes han llegado a una madurez que no impide que sigan anclados en los mismos problemas sentimentales de una adolescencia no superada sexualmente.
Rick (Owen Wilson) y Fred (Jason Sudeikis) no pueden dejar de pensar que si estuvieran solteros, su vida sexual sería un auténtico torbellino de ligues desenfrenados. Sus mujeres (Jenna Fischer y Christina Applegate) les dan una semana de pase libre, de carta blanca según la traducción española. Es decir, ellos tienen una semana para olvidarse de que están casados y así poder llevar a cabo sus posibles fantasías con otras mujeres. Lo que ocurre es que, por consiguiente, ellas también tienen esa semana de soltería.
La película tiene cosas graciosas como ese grupo de amigos que esperan que los dos "nuevos solteros" demuestren su poderío ante los ojos de la manada. Además, hay un buen puñado de secundarios, de los que destacaría a la guapa Nicky Whelan y al descacharrante personaje interpretado por Richard Jenkins. En cuanto, al desarrollo de la historia, se me hace un poco larga, llena de altibajos, con el típico humor escatológico de los Farrelly y sobre todo, con un discutible desenlace en el que al final la vida matrimonial se demuestra más reconfortante que la aventura de estar libre y dispuesto a seguir cazando y dejándose cazar en el terreno del sexo y los sentimientos. Hubiera preferido más gamberrismo y menos de ese punto conservador con moraleja familiar.
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