Cuarto largometraje de Sofia Coppola y el que menos me ha gustado de todos los suyos. Lo veo antes de su estreno en España y sin otras críticas de referencia, pero eso no importa para ser consciente de porque no me gusta.
Somewhere narra los tediosos días rutinarios de la vida de un actor de Hollywood. Un tipo con éxito profesional que se limita a vivir en un hotel, follarse a toda mujer que se le cruza por delante, asistir al atractivo baile de showgirls en su propia habitación de hotel, emborracharse y dejarse llevar por las horas muertas. Su manager es la única que le organiza la existencia, llenando su calendario de entrevistas, viajes y actos promocionales. Es cierto que aquí solamente vemos los días en que este actor no trabaja, es decir, que no sale en el rodaje de una película, sino simplemente en su vida cotidiana.
La aparición de su hija cambiará poca cosa. Menos excesos pero el mismo tedio como espectador, el mismo ritmo cansino, narrativa minimalista, y nulo interés salvo el reflexionar sobre una vida vacía a pesar de su atractivo económico y éxito profesional. Stephen Dorff y Elle Fanning son el actor y su hija, los dos protagonistas de esta propuesta tan pobre en resultados que, salvo momentos muy puntuales, se me hace aburrida.
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