Adaptación de la novela A very private gentleman de Martin Booth, por el director Anton Corbijn, después de su debut con Control (2007) que todavía no he podido ver.
George Clooney es protagonista absoluta de la cinta, en la que encarna a un asesino a sueldo, un hombre solitario que espera su próximo trabajo en una pequeña localidad italiana. Allí contemplamos sus pasos, la amistad con el cura, los encuentros sexuales con una prostituta, sus contactos con los encargados de darle un nuevo objetivo. Y todo esto es ofrecido con una cadencia contemplativa, pocos diálogos, y un ritmo lento que se deja llevar por el paisaje del lugar y los quehaceres del protagonista.
Dentro de ese ritmo se ofrece una historia moral sobre un individuo obsesivo en su paranoia de estar siempre atento a cualquier peligro que le aceche, a no contar nada de su vida y por lo tanto, a dar pocos datos al espectador del cómo y por que su realidad es la que vemos. Así que aunque la película avanza con estilo y eficacia narrativa, el fondo queda envuelto de frialdad que trasciende a las imagenes. A pesar de que Clooney está estupendo no es suficiente para elevar la historia por encima de la media. De todas formas, queda como un buen trhiller de suspense y deja escenas para el recuerdo, además de poder escuchar la clásica canción italiana "Tu vuò fà l’americano" en la banda sonora.
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