Pudiera parecer que es un capricho ver esta adaptación al cine del bestseller de Stieg Larsson sin haber leído la novela, pero en mi caso el interés por el libro es ínfimo, mientras que si que lo tengo en conocer una película europea que parte de un material escrito que ha sobrepasado las fronteras del éxito. Y es que se cuentan por decenas las veces que me he encontrado a gente leyendo algunos de los libros de la trilogía Millenium o hablando sobre ella. Mi curiosidad me hace preguntarme qué tiene que a tanta gente ha convencido en que tenía que leerla.
Así que sin conocer la historia escrita, me planto a ver este thriller sueco, que por lo pronto me sorprende que haya respetado su origen nacional: idioma, directores, guionistas, actores, técnicos y producción del país nordico, para una adaptación que lo más normal es que hubiera caído en manos norteamericanas. Pero no es el caso y los suecos han querido ofrecer a los espectadores su propia visión de la saga de Larsson. En mi caso y tras ver ésta primera entrega, se lo agradezco.
La película me gusta y entretiene. Consiguen interesarme las pesquisas investigadoras de la pareja formada por el periodista condenado a la cárcel y la joven hacker gótica. Algunos pasajes escabrosos, en particular la relación de Lisbeth con su tutor, no son son adecuados para todos los estómagos y me extraña que hayan podido tener tanta aceptación lectora unas situaciones tan morbosas. No me importa mucho porque no voy a leer los libros, pero si que reconozco que me ha enganchado lo que la película cuenta, los personajes principales, y la oscura historia de la familia Vanger. Sin calificarla de obra excelente, creo que es una buena película de intriga muy bien contada, así como un claro ejemplo de que en Suecia también se puede hacer buen cine de suspense con los tópicos recurrentes de la novela negra plagada de asesinatos.
Así que sin conocer la historia escrita, me planto a ver este thriller sueco, que por lo pronto me sorprende que haya respetado su origen nacional: idioma, directores, guionistas, actores, técnicos y producción del país nordico, para una adaptación que lo más normal es que hubiera caído en manos norteamericanas. Pero no es el caso y los suecos han querido ofrecer a los espectadores su propia visión de la saga de Larsson. En mi caso y tras ver ésta primera entrega, se lo agradezco.
La película me gusta y entretiene. Consiguen interesarme las pesquisas investigadoras de la pareja formada por el periodista condenado a la cárcel y la joven hacker gótica. Algunos pasajes escabrosos, en particular la relación de Lisbeth con su tutor, no son son adecuados para todos los estómagos y me extraña que hayan podido tener tanta aceptación lectora unas situaciones tan morbosas. No me importa mucho porque no voy a leer los libros, pero si que reconozco que me ha enganchado lo que la película cuenta, los personajes principales, y la oscura historia de la familia Vanger. Sin calificarla de obra excelente, creo que es una buena película de intriga muy bien contada, así como un claro ejemplo de que en Suecia también se puede hacer buen cine de suspense con los tópicos recurrentes de la novela negra plagada de asesinatos.
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