Aunque la tenía en DVD en mi casa desde hace meses, no ha sido hasta que he visto Habitación en Roma, el remake que se acaba de estrenar, cuando he encontrado el momento para poder ver esta película chilena.
Ganadora de la Espiga de Oro en Valladolid, cuenta las horas que pasan juntos dos jóvenes desconocidos en un motel. El sexo y las conversaciones son los argumentos para cubrir el metraje de esta película interpretada solamente por dos actores, sin otras cosas a las que agarrarse como espectador.
No hay nada más que una cámara que casi siempre está muy cerca de los personajes y con un encuadre realista. La música es la única concesión porque el resto son las conversaciones y el cómo esta pareja se cuenta cosas, oculta otras, miente, opina o descubre sus secretos.
Es inevitable que la compare con Habitación en Roma de Julio Medem, y aunque su planteamiento inicial es el mismo, los resultados son muy distintos. En la cama no busca impactar al espectador, me parece más desnuda, también menos romántica. Tampoco recurre a lo que hay fuera de la habitación, salvo un par de llamadas telefónicas; mientras que en la película española el ordenador, las fotografías, la terraza, la calle y hasta un tercer personaje (el empleado del hotel), ampliaban el limitado horizonte de las cuatro paredes.
En esta película chilena lo que prevalece son los rostros y cuerpos de los actores, sus silencios y diálogos, así como entrar en la relación que se establece entre ellos. Me ha gustado, me parece sensible, original y efectiva como relato.
Ganadora de la Espiga de Oro en Valladolid, cuenta las horas que pasan juntos dos jóvenes desconocidos en un motel. El sexo y las conversaciones son los argumentos para cubrir el metraje de esta película interpretada solamente por dos actores, sin otras cosas a las que agarrarse como espectador.
No hay nada más que una cámara que casi siempre está muy cerca de los personajes y con un encuadre realista. La música es la única concesión porque el resto son las conversaciones y el cómo esta pareja se cuenta cosas, oculta otras, miente, opina o descubre sus secretos.
Es inevitable que la compare con Habitación en Roma de Julio Medem, y aunque su planteamiento inicial es el mismo, los resultados son muy distintos. En la cama no busca impactar al espectador, me parece más desnuda, también menos romántica. Tampoco recurre a lo que hay fuera de la habitación, salvo un par de llamadas telefónicas; mientras que en la película española el ordenador, las fotografías, la terraza, la calle y hasta un tercer personaje (el empleado del hotel), ampliaban el limitado horizonte de las cuatro paredes.
En esta película chilena lo que prevalece son los rostros y cuerpos de los actores, sus silencios y diálogos, así como entrar en la relación que se establece entre ellos. Me ha gustado, me parece sensible, original y efectiva como relato.
2 comentarios :
Coincidimos plenamente en esta ocasión. Yo todavía no he visto la de Medem para poder comparar.
Cuando veas HABITACIÓN EN ROMA, leeré atentamente tu comparación.
Saludos.
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