Tenía un buen recuerdo de la primera vez que la vi de chaval, en una emisión televisiva. Recordaba las escenas más graciosas: la cena en una mesa de gran tamaño o el número musical en la cocina; pero vista ahora de nuevo , esas escenas y poco más, son lo único salvable de la película.
Fella es el personaje masculino que sería la Cenicienta del cuento clásico. Vive con su madrastra y hermanastros, después de la muerte de su padre, y hace de criado para todos. De ahí viene el título original, Cinderfella, que hace clara referencia al Cinderella anglosajón. Los dobladores y exhibidores españoles, obvian ese juego de palabras, ya que aquí se titula "El Ceniciento" y a Fella se le bautiza como Lelo. Siempre igual, no vale la pena ni pararme más en este aspecto.
La película tiene cosas que le hacen ser un antecedente de The Nutty Professor (El Profesor Chiflado, 1963), como la transformación del personaje principal en un atractivo seductor; pero en Cinderfella la historia es más aburrida, hay muchas escenas lentísimas de ritmo con un Jerry Lewis haciendo bobadas de sobra, y además el hado padrino, interpretado por Ed Wynn, se me hace insoportable. Parece mentira que esta mediocridad en la filmografía del cómico americano, fuera dirigida por Frank Tashlin, seguramente el director con el que Jerry Lewis hizo sus mejores películas.
Por último, apuntar que entre los actores, destaca la presencia de Judith Anderson en el papel de la madrastra, actriz famosa por su interpretación de ama de llaves en Rebecca (1940), y a la que también vi hace poco en Don't Bother to Knock (1961).
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