Si hay un cortometraje de Buster Keaton que destacaría de todos los que salpican su filmografía, es esta genialidad que además es el primero que estrenó cuando se independizó de Roscoe Arbuckle y rodó con su propio equipo en su recién estrenado estudio.
En realidad, no fue el primer cortometraje que realizó en esta nueva etapa, pero decidió posponer el estreno de The High Sign, seguramente al comprobar que era un corto demasiado parecido a los que ya había hecho. Así que One Week es la carta de presentación al público de un Buster Keaton consciente del producto que quiere ofrecer.
Una pareja de recién casados han comprado una casa que viene embalada en varias cajas y se ponen manos a la obra en su montaje, tal y cómo si fuera un anacrónico mueble de Ikea, con su numeración y todo. Claro que para complicarles el arduo trabajo, el malo de la función, cambia los numeritos de las cajas alterando el resultado final. Keaton construye una casa tan rara como divertida, puertas que no dan a ningún lado, formas parecidas a los decorados expresionistas y un sinfín de problemas de habitabilidad. Y éste es el tema central de la cinta. La pareja y sus invitados peleando con la extraña casa que además sufre una tormenta que ya acaba con todas las posibilidades de que estos recién casados puedan vivir en su nuevo hogar.
Pude ver por primera vez este cortometraje en el museo Reina Sofía y recuerdo con cariño como los espectadores se paraban delante de la proyección y no paraban de reír mientras yo registraba mentalmente el nombre del film para buscarlo y poder disfrutarlo en mi casa. También fue el germen de mi interés por revisar toda la filmografía del genial Keaton.
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