Woody Allen vuelve a jugar con una idea original y a partir de allí elabora su guión. Esta vez se las ingenia para contar una historia desde dos puntos de vista, el dramático y el cómico. Por eso el título de Melinda y Melinda, el nombre de la protagonista de ambas historias antagónicas.
En esta ocasión el director no actúa, pero Will Ferrer es su alter ego en la pantalla, con un personaje calcado a él en neuras, situaciones y hasta gestos, consiguiendo algunas escenas verdaderamente hilarantes.
No es esta una película que fuera bien recibida por la crítica, pero a mí me parece una buena obra dentro de las últimas del neoyorkino, y aunque no sea perfecta, me gustan sus personajes y lo que a través de ellos me cuenta. La historia dramática de una chica con mala suerte que cuando parece encontrar a un nuevo hombre en su vida, se lo arrebata su mejor amiga. Y la historia cómica de un mal actor que se enamora de su guapa vecina pero ella solamente le ve como un amigo al que no hacerle mucho caso sentimentalmente.
En esta ocasión el director no actúa, pero Will Ferrer es su alter ego en la pantalla, con un personaje calcado a él en neuras, situaciones y hasta gestos, consiguiendo algunas escenas verdaderamente hilarantes.
No es esta una película que fuera bien recibida por la crítica, pero a mí me parece una buena obra dentro de las últimas del neoyorkino, y aunque no sea perfecta, me gustan sus personajes y lo que a través de ellos me cuenta. La historia dramática de una chica con mala suerte que cuando parece encontrar a un nuevo hombre en su vida, se lo arrebata su mejor amiga. Y la historia cómica de un mal actor que se enamora de su guapa vecina pero ella solamente le ve como un amigo al que no hacerle mucho caso sentimentalmente.
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