Una bonita comedia con la primera interpretación en un papel protagonista de Audrey Hepburn. Ella es una princesa en viaje oficial a Roma dónde conoce a un periodista americano (Gregory Peck), que luego de encontrarla en la calle, hace de cicerone intentado aprovecharse de su conocimiento de quién es ella y así hacer un reportaje exclusivo para el periódico en el que trabaja.
Es la segunda vez la veo y aunque no creo que sea un filme redondo tiene encanto la relación que se crea entre los dos personajes principales y una buena galería de secundarios que están a gran altura. Tal vez si algo hay que no me gusta es la sensiblería de la parte final que vista ahora me parece algo pasada de moda, pero el resto me sigue haciendo sonreír con la candidez de esa princesa que quiere escapar de los rigores de sus obligaciones diplomáticas y poder darse una vuelta por Roma cómo una turista más. Lo mejor es la frescura interpretativa de Audrey Hepburn que fue premiada con el oscar y de la solvencia en un solido personaje del gran Gregory Peck. El director William Wyler volvió a realizar un éxito más en una filmografía plagada de grandes películas.
Es la segunda vez la veo y aunque no creo que sea un filme redondo tiene encanto la relación que se crea entre los dos personajes principales y una buena galería de secundarios que están a gran altura. Tal vez si algo hay que no me gusta es la sensiblería de la parte final que vista ahora me parece algo pasada de moda, pero el resto me sigue haciendo sonreír con la candidez de esa princesa que quiere escapar de los rigores de sus obligaciones diplomáticas y poder darse una vuelta por Roma cómo una turista más. Lo mejor es la frescura interpretativa de Audrey Hepburn que fue premiada con el oscar y de la solvencia en un solido personaje del gran Gregory Peck. El director William Wyler volvió a realizar un éxito más en una filmografía plagada de grandes películas.
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