Chicago ha sido el último musical que ví en el cine y también el último que ganó el oscar a la mejor película. Basado en una comedia musical con el mismo nombre de Bob Fosse y Fred Ebb, es reconocible el estilo de Bob Fosse, el estilo de Cabaret o All that Jazz (Que empiece el espectáculo). Ahora lo he vuelto a ver en la pequeña pantalla y me sigue pareciendo tan igual de estupendo que el año de su estreno.
La historia no huye del estilo teatral en su forma narrativa así como en los números musicales. Eso no importa, ya que tal vez su mayor acierto para que haya gustado al público y a la crítica es no ser una película realista con números musicales dentro de la trama. Al contrario, aquí queda claro desde el principio que todo es espectáculo, show, ficción, cabaret,...
También es destacable que las interpretaciones corran a cargo de tres actores a los que no se les conoce otra incursión en el género musical. Richard Gere, Catherine Zeta Jones y Renée Zellweeger. Los tres están perfectos en sus números musicales y no desentonan en absoluto.
Otros musicales que han ganado el oscar a la mejor película son: Melodías de Broadway (1928), West Syde Story (1961), My Fair Lady (1964) y The Sound of Music (Sonrisas y Lágrimas, 1965). Son muy pocas y ahora Chicago se suma a la lista.
La historia no huye del estilo teatral en su forma narrativa así como en los números musicales. Eso no importa, ya que tal vez su mayor acierto para que haya gustado al público y a la crítica es no ser una película realista con números musicales dentro de la trama. Al contrario, aquí queda claro desde el principio que todo es espectáculo, show, ficción, cabaret,...
También es destacable que las interpretaciones corran a cargo de tres actores a los que no se les conoce otra incursión en el género musical. Richard Gere, Catherine Zeta Jones y Renée Zellweeger. Los tres están perfectos en sus números musicales y no desentonan en absoluto.
Otros musicales que han ganado el oscar a la mejor película son: Melodías de Broadway (1928), West Syde Story (1961), My Fair Lady (1964) y The Sound of Music (Sonrisas y Lágrimas, 1965). Son muy pocas y ahora Chicago se suma a la lista.
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