Triunfadora de la edición del premio Oscar de 2010, consiguiendo seis estatuillas como la de mejor película, guión original y dirección, hasta ahora no había podido verla.
Cuenta el año de acción en la guerra de Irak de un grupo de artificeros norteamericanos con un estilo que pretende conseguir realismo, a base de cámara en mano y actores poco conocidos. Así se relatan varias misiones que tienen que resolver y algunas escenas más intimistas en la base de operaciones.
Me resulta reconocible cinematograficamente ese enemigo visto más como un fantasma que como un enemigo real: hablan un idioma desconocido, nunca se sabe de dónde proviene el peligro y no se da la opción al espectador de ponerse de su parte. Esa manera de ver al enemigo la reconozco en muchas películas bélicas norteamericanas, sobre todo las de la guerra de Vietnam; por lo que en cuanto a ideología no me gusta nada como se presentan los hechos.
Aunque algunas escenas jueguen muy bien con la tensión que se crea ante las situaciones de peligro para los tres protagonistas, también encuentro más que recargadas las tintas en esa manera de presentar los hechos y ya por último, me saca de quicio, el personaje que no puede vivir en su hogar sin sentir el riesgo de poder morir en cualquier momento. Tanto por ese final, como por el maniqueísmo de buenos y malos, la repetición del mismo esquema en la mayoría de las secuencias y el que me resulte exagerado en algunas de sus partes; hace que mi valoración baje bastante y no pueda ni considerarla aprobada.
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