La tercera y última película que el dúo Stanley Donen-Gene Kelly dirigió, después de Un día en Nueva York (On the town, 1949) y Cantando bajo la lluvia (1952); es la que menos me ha gustado de las trilogía pero no por ello deja de ser un buen musical.
En Siempre hace buen tiempo, tres soldados americanos se despiden después de que acabe la segunda guerra mundial y se citan en un bar dentro de diez años. El tiempo no pasa en balde, y cuando se reencuentran ya no se reconocen ni consiguen recuperar la antigua amistad. Gene Kelly, Dan Dailey y Michael Kidd son los tres soldados, mientras que los papeles femeninos los encarnan Dolores Gray y la espectacular Cyd Charisse.
No creo que sea una película redonda, pero algunos de sus números musicales me parecen extraordinarios: el número inicial en la que los tres soldados vuelven desfilando de la guerra, otras vez los tres actores borrachos con la tapa de un cubo de basura en un pie, Gene Kelly bailando y patinado por las calles de la ciudad o Cyd Charisse en la simpática escena del gimnasio de boxeo. Tal vez lo que no funcione del todo sea la historia porque ni Gene Kelly da el papel de truhán ni la parte del espectáculo televisivo en el que los soldados se reencuentran está conseguido. La parte musical es francamente buena pero el resto de escenas hacen que la película pierda calidad
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